La celta es la raza porcina autóctona que era criada de manera rústica y tradicional en Galicia, en semilibertad y aprovechando los recursos naturales de la huerta y el monte gallego, además de su ración de cereales. Es una raza perfectamente adaptada a nuestro medio y sus condiciones.
Al tratarse de una raza porcina de bajo rendimiento cárnico y lento crecimiento, pues es preciso todo un año para conseguir un canal de 110 kg, este animal fue paulatinamente sustituido por otras razas de mayor y más rápido rendimiento, como el “cerdo blanco”, quedando al borde de la desaparición.